Padre Hugo Tagle

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Por: Padre Hugo Tagle | Publicado: Lunes 30 de diciembre de 2019 a las 04:00 hrs.
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Fin de año. Uno de los más dramáticos para Chile en las últimas décadas. Con los tres meses más largos de la historia reciente.

Sólo queda mirar con esperanza al futuro. Y no es frase cliché. Es una condición de supervivencia. Soy de los que creyó que podíamos perder la democracia. O al menos entrar en una espiral de violencia irrefrenable. Algo se han calmado los ánimos y han primado la razón y el diálogo por sobre la odiosidad y violencia.

Pero en este ambiente tensionado nadie gana. Basta ver las encuestas recientes, para constatar el rechazo de la opinión pública a todas las fuerzas políticas. Llama la atención el fuerte rechazo de sectores que pretenden hacer suyas las pretensiones de la ciudadanía. “Dime cuánto alardeas de tu cercanía al pueblo y te diré cuan lejos estás de él”. Las urnas no mienten. Quienes se llenan la boca arrogándose una legítima representación popular, son de los que están más lejos de ella.

Sabemos ya de sectores que quieren destruirlo todo. O quemarlo, como sucede en Valparaíso. Tanto más se debe crecer en la voluntad de diálogo, fortalecer la democracia, ampliar y mejorar la participación ciudadana, de manera que los más radicalizados terminen solos por falta de adherentes. Hay que ganarse a la gente. Medidas de fuerza sólo aumentan la rabia y dan justificación para más violencia de quienes amenazan y agreden.

Dos expresiones han copado la agenda. “Dignidad” y “Derechos humanos”. En efecto, que cada uno haga suyos estos términos. No son patrimonio de un sector. Como la palabra “pueblo” de la que pretenden apoderarse algunos. Es hora de construir. Un país “trabajando duro” por justicia, mayor crecimiento, igualdad de oportunidades, mejores trabajos y salarios, espanta todos los fantasmas.

El proceso de reforma o nueva Constitución es una realidad. Sabemos de sobra que no es monedita de oro ni una varita mágica. Pero es evidente, por lo acontecido, que el marco constitucional actual no da el ancho para las reformas que se requieren. Como sea, habrá plebiscito y, junto con ir a votar, ahí, buen lector, manifieste su opinión.

Bueno es hacer un balance personal, donde los aspectos positivos sobresalgan por sobre los negativos. Solamente mirar lo negativo enferma. Piense en sus relaciones familiares y labores, y resalte lo bueno, aunque le resulte difícil. Ya un año más de vida hay que agradecerlo. Es tiempo de recordar a los que murieron este año. Familiares, colegas, amigos. Recordar lo bueno que nos dejaron. Dios nos habla a través de los demás. No deje pasar esa voz.

¡Que sea un muy buen año 2020!

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